¡INTERESANTE! Notas de la autora...

miércoles, 24 de marzo de 2010

PARTE18

Llegar a casa con cojera de sueño y frío no era lo que más me preocupaba, eso sí… sentí que se me quitaba la tontería de golpe y que me centraba de nuevo en lo que escribía y en Tomás. Sin ir más lejos, puse mi despertador a las 11.30 AM para estar a las 12.00 en la que era una de las últimas pruebas del vestido, aprovecharía aquel día para finiquitar algunos detalles de la ceremonia… y despejarme, todo sea dicho.

El largo y relajante baño del que disfruté nada más sonar el despertador fue merecido, aquel insoportable olor a tabaco parecía no querer irse de mi pelo. Me arreglé en más bien poco tiempo y cuando salía por la puerta de casa sonaba el despertador de Tomás que, por lo que escuché nada más abrir la puerta de casa, fue apagado sin demasiado cariño.

Borrón y cuenta nueva pensaba, todo aquello había sido solo una estupidez que, de ser importante para mi… seguramente hubiese sido capaz de recordar. Por el contrario, a cada paso que daba por aquella soleada calle… se me ocurría instantáneamente una nueva palabra que dedicarle en éste block de notas.

Nada más allá de lo normal en mí.

Me paré en cada escaparate y, de repente… allí estaba. Maravilloso, elegante, sencillo… un vestido exactamente igual que lo que había imaginado. Entré y le pregunté a la modista si estaba a tiempo de hacer un cambio de vestido ella, muy irónicamente, me contestó que sin ningún problema, pero que tendría que abonarle todos los cambios efectuados en el anterior traje más el 5% del precio total del mismo. Eso sí, no pareció importarle que el traje nuevo costara más del doble que le anterior. No sé si aun me quedaba alcohol en sangre, pero acepté. Y me probé aquel maravilloso encaje al más puro estilo años 20 con forma de vestido… reservándolo definitivamente a mi nombre.

Corrí a la joyería a cancelar el pedido de abalorios, a la zapatería, a la peluquería para pedir otra prueba de peinado…

Cuando llegué a casa y me despanzurré en el sillón me sentí realizada. Me sentí bien. Podía no estar en lo más mínimo segura de aquella boda, pero el traje… aquello era maravilloso.



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