¡INTERESANTE! Notas de la autora...

lunes, 25 de enero de 2010

PARTE 7


Otra estúpida presentación más, otra vez las misma preguntas y sugerencias por y para mi novela dedicadas por un puñado de ejecutivos que poco “amaban” la literatura como ésta se merecía. “ESTAS PARADA”, “PIERDE EL ENCANTO DE LAS ANTERIORES PUBLICACIONES”, “TE RECUERDO QUE QUEREMOS NOVELAS, NO CUENTOS DE HADAS” o “LA IDEA ES BUENA, PERO LA ESCRIBES TU” fueron algunos de los piropos que me dedicaron en aquella ridícula reunión. Cuando ya me quedaban aproximadamente tres segundos para abandonar la sala una voz que no había colaborado hasta entonces reclamó:
-
Es nuevo, fresco…. Sí, está algo paralizada, ¿tengo que recordarles que escribe y trabaja aunque debería estar recuperándose de un accidente que le mantuvo hospitalizada tres meses hace menos de un año? Yo valoraría más ese esfuerzo que cualquier otra cosa. No ha perdido su encanto, ha modernizado su técnica, escribe una nueva persona, pero con la misma voz. ¿Prefieren el mismo hilo, las mismas palabras? Si alguien aquí sabe que eso es sinónimo de reducción de ventas son ustedes. Me encanta Mónica, sigue trabajando en ello.
En definitiva, me dieron quince días de vacaciones gratis y me aconsejaron que tomara fuerza para seguir escribiendo. Todos salieron prácticamente espantados de allí, supongo que avergonzados por no tener en cuenta mi sobreesfuerzo después del accidente, y él aprovechó para someterme a un peculiar e inocente interrogatorio.
-¿Cómo te encuentras?
-Bien gracias – me dediqué a contestarle mientras recogía lo mas lentamente que me era posible para no mantener contacto visual con él- gracias.
-Me dijo mi hermana que no me habías reconocido al verme en el bar.
-Es un café, espero que no lo llames “bar” en presencia de Sani
-¿Entonces por que me miraste así? Realmente pensé que lo hiciste por que me habías reconocido, seguro que estas bien?
-Me llamó la atención que leyeras tan efusivamente mi novela, y como noté que me mirabas y creía que eras un desconocido… me mantuve atenta, solo eso
-Sabes? No entiendo lo del pseudónimo, es necesario?
-Eras tú quien me llamaba Marta
-¿Por qué te vas a casar?
- Él seguía allí después de pasarme tres meses sin saber ni como me llamaba
- ¿Por qué recuerdas que yo te llamaba Marta?
-Recordaba un concepto de ti, ciertos recuerdos… incluso diálogos entre nosotros dos, pero no tu cara, ni tu nombre… ni nada de lo que, al parecer, debería recordar.
-Yo me replantearía esa boda Mónica, al menos hasta que recuerdes algo de mi.
-Eso tiene un nombre Mateu, ego- y entonces, esos pequeños destellos en mi cabeza, esas imágenes entre cortadas, aparecieron de nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario