miércoles, 8 de diciembre de 2010
PARTE 44
viernes, 19 de noviembre de 2010
PARTE 43
jueves, 30 de septiembre de 2010
PARTE 42
lunes, 20 de septiembre de 2010
PARTE 41

sábado, 11 de septiembre de 2010
PARTE 40

jueves, 9 de septiembre de 2010
PARTE 39

domingo, 5 de septiembre de 2010
PARTE 38

martes, 24 de agosto de 2010
PARTE 37

-Cariño –susurré intentando no sobresaltarla- pasa, toma algo mientras me visto y hablamos.
Me giré con tanta rapidez para abrir la puerta que ni siquiera pude mirarla a la cara, por eso… al verla cruzar el pasillo y acceder a la cocina, que la taza de café cayera al suelo fue instantáneo.
-Que narices te ha pasado?
-Esto no importa, solo ha sido el detonante para venir a hablar contigo… -dijo tocándose los golpes de la cara y agachándose a recoger los trozos de taza- Yo no puedo seguir sin saber nada de ti.
-Que narices te ha pasado? –insistí evitándola recoger nada y tomando su brazo para guiarla hasta la habitación- me lo vas a contar ya? Ha sido Mateu?
-Estas loca? –dijo soltando mis manos de las suyas- no digas estupideces.
En aquel instante, ya tumbada sobre mi cama, cogí su teléfono y llamé a Mateu, quien con voz adormilada se sorprendió de la noticia, pero al parecer sobretodo se sorprendió de que estuviéramos juntas. Prometió aparecer en casa en pocos minutos, eso hizo. Al cruzar la puerta fue directo a la habitación, estaba claro que recordaba la distribución casi mejor que yo.
-Como lo permites? –dijo tembloroso al ver a Sani- No, de verdad que no lo entiendo.
-Estaba bebido –reclamó ella- además, mírame… solo ha sido un guantazo dado con tal mala suerte de dejar marca.
-Ni se te ocurra defenderlo
-De quien habláis? –Pregunté yo desde la cocina “microondeando” tres tazas de café- quien ha hecho eso?
-No te lo imaginas? –me miró rencoroso.
No se como, ni por qué… pero algo me empujó a admitirlo: -Tomás-
-Efectivamente
-Por que quedasteis?
-Estaba borracho, en un bar del centro… me llamaron y le recogí con el coche. Al entrar solo estaba él, él y la camarera algo asustada todo sea dicho. Ella me preguntó si yo era Mónica, por que él decía que solo se iría con ella –aun rojos sentó el frío del rencor en la mirada que Sani me dedicó en aquel instante- dije que no, pero que iba tan borracho que no me reconocería. Al parecer no estaba tan, tan, tan borracho como para no hacerlo. Fue más la inercia que la intención
-Denúncialo
-Sí, por supuesto… -dijo en un total dominio de la ironía- un borracho me dio un manotazo al subir a mi coche involuntariamente, obligado por mi y una camarera… no se a quien arrestarían
-A él.
-No pretendas quitártelo de en medio metiéndome a mi en juicios.
-Bueno, templemos los ánimos. Sani, te quedarás aquí por que supongo que el estará en tu casa
-Efectivamente
-Marta, por favor…
-Mónica-interrumpí yo
-Perdón?
-mi nombre es Mónica
-Bien…. –continuó con retintín- Mónica, tienes el día libre… quédate con ella.
lunes, 23 de agosto de 2010
PARTE 36

jueves, 19 de agosto de 2010
PARTE 35
Una vez en la sala de espera un mensaje de texto en mi teléfono rompía el apático silencio. Al parecer el ascensor anulaba mi cobertura, y me habían llamado en ese instante. 4 llamadas perdidas.
Para que engañarnos?
Sentía una congoja insuperable en aquel instante.
Una vez dentro del despacho, me esperaba una seria profesional que lejos se encontraba de la sonrisa amable de la Maca de la noche de Jazz. Tras una intensa, incomoda, y más que electrizante sesión de terapia, tras estrechar nuestras manos al más puro estilo profesional sin sentimientos afectuosos una ultima pregunta extraoficial:
-Simplemente pasó…
-A eso le llamas conocer gente?
-Usted también tuvo algo que ver
-No –dijo altamente enfadada- yo no te dije que te acostaras con él, ni con nadie. Intentaba que naciera una amistad. Si tú no sabes diferenciar… esta claro que debemos profundizar el tratamiento.
Al llegar a casa me llamó Carlos de nuevo… pidiendo un café lo menos desesperadamente que le fue posible. La cosa pintaba mal por donde la miraras.

martes, 20 de julio de 2010
PARTE 34

-¿Y ahora que hacemos?
-Vestirnos
-¿Y ahora que pasara?
-No lo se
-¿Y ahora que hago?

-Esto es demasiado agradable
-No se ni como pasó
-Me duele la cabeza
-No tienes que sentirte obligada a nada, ni a quedarte más sino quieres.
-Fuiste tierno
-Eso me gusta pensar ¿Tú fuiste Marta o Mónica?
-Más Mónica que nunca
-Bailas bien
-Sabes que eso es mentira
lunes, 19 de julio de 2010
PARTE 33
-Él también es Psicólogo –dijo rompiendo el silencio- es profesor, fue mi profesor… pero su bar y el jazz en general son su pasión, después de mi madre, claro
-Ya veo, ya –a mi expresión de mirada perdida en sus gestos afectuosos se unió situ amplia risa- …que??
-Nada… parece que lo veas extraño
-El amor lo es
-No para mi madre, lo considera la cura para todo
-También es el inicio de algunas enfermedades
-Efectivamente.
[Silencio]
-Creo que por eso nos tiene aquí –su boca dejó salir esas palabras cuando ellos comenzaron a bailar una romántica interpretación de la orquesta de “No Sé Tú” –me di cuenta desde que me pidió que estuviera presente en tus sesiones, insistió en que eres guapísima.
-Vaya, gracias… -respondí para que se diera cuenta de que me había lanzado un discreto piropo.
-O eso dice ella –añadió rápidamente en su limbo derribando mi autoestima
-Vamos, crees que quiere que acabemos juntos?
-No se, la verdad… creo que quiere que pase algo, sea lo que sea, que te ayude a ti, y a mi
-Pues mal empezamos. A ti que te pasó?
-Yo soy el psicólogo, yo hago preguntas
-Si es cierto, tú eres el profesional, yo la que tiene sentimientos me parece a mi
-Disculpa?
-Disculpado.
-No, me refería a que no entiendo tu comentario
-Un poco corto tú, no?
-A mí, la chica con la que estaba desde los 14 años me mando un sms diciendo que estaba enamorada de otro el día antes de la boda
-Bueno… tú ya sabes que a mí, mi novio de casi toda la vida, me engañó después de un accidente que me dejó sin mis últimos recuerdos, después de que yo decidiera terminar la relación me dijo que nos íbamos a casar.
-Tal vez si que deberíamos liarnos –no pude evitar sonreír
-Si… tal vez.
-Solo he estado con ella –dijo mirándome fríamente a los ojos
-Yo no recuerdo a nadie más que a él, no se que es peor.
-Peor sería que no os echéis un baile, mi hijo baila maravillosamente
-Bailes de salón, gracias a papá
-Yo soy un pato mareao –tomó mi mano y pareció coser su pierna derecha a la mía, apretándome firmemente para controlar mis pasos torpes, manteniéndome de lado.
No recuerdo la música que sonaba, solo el sutil olor de su camisa. La luz tenue, su sonrisa, y las pecas que se apreciaban tan de cerca. Dejó descansar su mejilla sobre la mía, dejándose llevar, eso que se llama “sentir”
.. y lo cierto es que después de tanto tiempo, estaba muy bien.

miércoles, 14 de julio de 2010
PARTE 32
Llegué con mis frecuentes 10 minutos de retraso a la puerta del local, donde ya me esperaban. “Qué cambiazo!!” pensé de ambos. Entre que Maca llevaba un vestido que marcaba su más que conservada figura, y que su hijo abandonó el jersey de punto por una chaqueta de cuero negra, no supe muy bien si realmente eran madre e hijo o pareja.
-¡Hola querida! –me recibió ella con dos entusiasmados besos- perdona la excitación, me hace ilusión que aceptes este tipo de trato por nuestra parte
-Por TÚ parte –respondió tan simpático como siempre Carlos
-Nuestra –insistió malhumorada
-Bueno….. –intenté amansar aguas- entramos??
-Si cielo –permaneció atenta- te costó mucho encontrar el sitio?
Una vez dentro nos sentamos en una de esas pequeñas y redondas mesas incomodas pero graciosas que tienen una velita en medio. Ella sacó un paquete de cigarrillos y él, antes de que encendiera uno de ellos se levantó para coger un cenicero de la mesa de atrás.

-Te he visto
-Perdón?- dije intentando disimular
-Le estabas mirando el culo
-Que?!- se avergonzó sentándose a prisa
-NO… -titubeé mirándole a los ojos
-Bien, perfecto
-Es cierto, lo he visto
-Mamá…
-Vale, es cierto
-Que??!!
-Es instintivo, me sale solo, fue sin darme cuenta
-Te lo dije
-que quieren tomar? –demasiado se hizo esperar el camarero, la conversación mas eternamente incomoda de mi vida.
-Gin-tonic
-Cerveza, una verde
-Café, solo, de maquita con dos sobre de azúcar y sin plato
-algo mas?
-por favor… -insistí- sin plato
martes, 13 de julio de 2010
PARTE 31
-Yo sigo pensando que algo raro pasa. No es normal… se supone que yo lo había dejado con Tomás, ahora resulta que él me estaba engañando y nos íbamos a casar. Por otra parte Mateu, que supuestamente esta enamorado de mi, y estábamos juntos… no es capaz de luchar por mi? De decirme la verdad? –intentaba concentrarme sin evitar sentirme incomoda por aquel sujeto torpe que se sentaba a tres metros de mi espalda- y Sani, es mi mejor amiga y supuestamente mi cuñada… no me dijo la verdad? No entiendo nada, definitivamente no entiendo nada.
-Lo único cierto, y lo que debes asimilar por ahora es quien eres tú y que quieres para ti. Es cierto que Mateu te ha dicho todo eso y que ha coincido con el “cese” de tu relación y matrimonio con Tomás, pero eso no tiene por que significar que sea cierto. Insisto en continuar el tratamiento para recuperar tus recuerdos que teníamos previstos. Esos recuerdos están, por que de no estar no estaría ningún otro recuerdo. En lo que tenemos que trabajar es en “despertarlos”. En primer lugar te recomiendo que intentes centrarte en escribir, conozcas gente nueva, que no te martirice pensar si son sinceros o no contigo. Yo te aconsejaría que mantuvieras solo el contacto mínimo y estrictamente necesario con Tomás y Mateu. Con sani la relación puede ser la misma, pero procurar hablar en presente, no de cosas pasadas. Y tampoco le contaría todas y cada una de las cosas que tienen que ver con tus mejoras en las sesiones. Esto es lento, y seamos sinceros, puede que no lo recuerdes todo, o que no recuerdes nada.
-Estoy dispuesta, si hay algo que tengo últimamente es mucho tiempo libre.
-Perfecto, comenzaremos con una tarde de copas, por el centro… hay buenos lugares con música de jazz en directo. Es bueno que el paciente se sienta relajado y en un ambiente intimo, pero a la vez lejano de la típica consulta.
-Me esta insinuando que quedemos fuera del trabajo? –Pregunté algo fuera de lugar- no mezclo lo personal con lo profesional –dije con un guiño simpático
-No se preocupe –contestó igualando mi familiaridad- yo soy profesional en todo. -Carlos…
-si? –dijo algo distraído
-Tienes algo en la agenda para esta noche, sobre las once?
-NO tengo su agenda…. –contestó extrañado- quiere que le pregunte a la secretaria?
-Me refiero en la tuya, tú te apuntas, si o si
-Ah…. Perfecto –contestó rápidamente demostrando profesionalidad en la ironía- supongo que no son horas extras
-Estas de practicas, no??
-Pero hoy es jueves – me vi obligada a interrumpir ya que nadie me preguntaba que me parecía a mi el plan
-No sales los jueves Mónica? Los jueves son los nuevos viernes joder… sal, diviértete… eres joven. Mírame a mí. –Carlos salió algo malhumorado de la sala
-Me voy para ducharme y arreglarme, por que supongo que también querrás que vista de una forma acorde para el club de jazz, no?
-Efectivamente. Muchas gracias.
-Esto es el colmo.
-Su cara me recuerda a alguien
-Que se joda –contestó ella eludiendo mi comentario- para eso esta de practicas
-…no se a quien –continué por libre
-Martita…. Me caes bien
-a todo esto… Que edad tiene usted?
-Que grosería! Esas cosas no se preguntan nunca. En la perta a las once? –dijo ofreciéndome una tarjeta del “SAMPLE JAZZ” junto con su sonrisa
-Perfecto
-Por cierto!-añadió antes de dejarme salir por la puerta- Carlos es mi hijo. Guapo, eh??

jueves, 8 de julio de 2010
PARTE30
Justo antes de entrar a la consulta… aquella tienda en la que compre mis maravillosos zapatos de novia permanecía con su cartel de “Adelante” colgado en la puerta. Mi visa aun estaba temblando, y aunque no sabía ni si llegaría el día en el que estrenarlo, me merecía la pena. Subí al ático y entré tras escasos cinco minutos de espera. El joven que me acompañó al despacho me recordaba ligeramente a alguien, sin saber bien a quien. Gafas negras de pasta, pelirrojo, alto, delgado… un estilo atípico y con uno de esos enormes blocks de hojas cuadriculadas y un Boli Bic verde en la mano. Tropezón con la puerta, risa amplia.
-Buenos días Mónica- dijo la psicóloga levantándome al oírnos pasar- perdone la torpeza de Carlos, es el chico en prácticas que te comenté que estaría presente.
-No pasa nada- conteste sin ser capaz de controlar la carcajada.
-Bueno podríais comenzar ya, no? –añadió él- No tenemos todo el día.
jueves, 1 de julio de 2010
PARTE29
-Buenas tardes, hablo con Mónica?
-Si, soy yo, y usted es…?
-Hola, le llamo desde el despacho de López Maral y asociados, tiene pendiente fijar una cita desde hace más de mes y medio, sigue interesada?
-Si, si por supuesto… he, he tenido problemas, sabe? Y no he podido llamar
-Desea fijarla ahora mismo, o sigue ocupada? Prefiere, por el contrario, que la llame en un par de semanas?
-Tal vez esto sea exigir demasiado, o puede que no sea profesional pero, sería posible hablar con mi psicóloga… tengo que comentarle algo que puede que signifique el fin de mi tratamiento, o la necesidad de otro distinto, y no quisiera robarle el tiempo con una cita que puede no ser necesaria.
-Un segundo, preguntaré si puede atenderla
-Gracias –dije, aunque no me escuchara, puesto que su capacidad para poner la musiquita del hilo telefónico en espera fue más rápida que la mia para disculparme.
-Marta?

-No se preocupe, una reacción lógica. Y bien, que es lo que ha pasado?
-Me lo contaron todo, o eso creo… me contaron algo, quiero decir. Es largo de contar, quiere que asista a su consulta?
-Si, será mejor, concrete una cita con mi secretaría. Por cierto, le importaría que un psicólogo en practicas asista a la reunión? Seguirá siendo confidencial.
-No para nada, no se preocupe.
-Muchas gracias, le comunico de nuevo con mi compañera para que concreten una fecha.
miércoles, 9 de junio de 2010
PARTE28
En aquel instante no pude más con todo aquello y salí corriendo. Escapé de esa situación, pero no podía escapar, por mucho que quisiera de todas las cosas que mareaban mi cabeza. De cómo una persona se hubiese casado conmigo… sabiendo lo que para significaba ese momento. De cómo otra, supuestamente no lo pudo hacer. O por qué mi amiga había preferido no arriesgarse bajo el alto coste de malgastar un año junto a alguien que no quería, y lejos de alguien que sí. Escribía, escribía, escribía. Era lo único que podía hacer con absoluta devoción en aquel instante. No fue capaz de aguantar, y antes de salir a comer ya le enviaba un sms a Tomás pidiéndole quedar para tener una conversación. Acto seguido llamaba a Sani y, por último a mi psicóloga que, para ser sincera, nunca había imaginado que desearía tanto verla. Y no me di tregua. 86 hojas en una sola jornada laboral.
La cabeza no podía estar más perdida, casi tanto como me sentía yo
jueves, 3 de junio de 2010
PARTE27
-Adelante, te escucho
-Lo cierto es que si me preocupé. La noche de tu accidente Sani y yo te esperábamos en su casa. Íbamos a celebrar tu decisión de vivir tu vida sin ataduras estúpidas, estabas escribiendo como nunca… una historia fantástica en la que se alternaban los diarios de dos amigas de la infancia con vidas completamente dispares. Y todo porque te ibas a casar. Y no con Tomás, sabes??
-Y eso explica que no llamaras nunca ni te preocuparas por saber que me pasaba?
-Si lo hice, bueno… lo hicimos, mi hermana y yo. Cuando ya hacía casi cinco horas que deberías a ver vuelto llamamos a Tomás, la persona a la que ibas a ver antes que a nosotros. Él nos dijo que hacía horas que te habías ido y me pidió que no volviese a localizarle.
-Tú me llamaste Marta, cierto?? –parecía tener cierta claridad en ese aspecto
-No exactamente. Casi un año antes del accidente tu relación con Tomás se enfrió tanto por culpa de sus múltiples viajes que decidisteis dejarlo. Líos de faldas y problemas con el alcohol fueron el punto y final. Poco después nos conocimos. Él comenzó a andar con otras mujeres, tú a salir con mi hermana y conmigo a moverte por el mundo de la literatura, fiestas, actos… Tomás necesitaba un poco de calma en la internacional, y como la única manera de evitar tantos viajes era ser casado o prometido te pidió que a los ojos de su empresa tuvieseis planes de boda.
-Por eso has dicho lo de mis pasados planes de boda?
-No, déjame terminar por favor, no es demasiado fácil. La cuestión es que seguíais viviendo juntos, y para su empresa ya erais un par de prometidos. Pero realmente llevabais vidas separadas, menos en sus actos de trabajo, a los que le acompañabas con la mejor de las sonrisas por supuesto. Las cosas se le empezaron a ir de las manos, llevaba mujeres a casa y a ti no te hacía gracia, vigilaba tu teléfono, tus entradas y salidas. Ni contigo ni sin ti diría yo. Las peleas eran cada vez frecuentes, lo que coincidió con nuestra aproximación. Fue entonces cuando ideaste guardar mi número de teléfono en tu guía de contactos como “MARTA LAOS”, tú sabrás de donde te sacaste ese nombre. Y por hacerte un guiño yo hice lo mismo, mi hermana y yo comenzamos a llamarte así, hasta el punto en el que en dichas fiestas y actos la gente comenzó a pensar que se trataba de tu pseudónimo, tan común en la literatura, y publicaron tu primer libro con esa firma prácticamente sin preguntarte, ya todos en ese mundo te conocía así. Tú aceptaste. Él nunca se enteró de aquello, creo.
-Y no hiciste nada cuando me desperté?
-El accidente coincidió en uno de tus pocos descansos, andabas de aquí para allá, con el libro bajo el brazo… presentaciones, firmas, charlas… el día que te despertaste yo fui en tu representación a una entrega de premios a la que acudías como invitada. Tomás estaba en el hospital.
-Y fue cuando comenzó a preguntarme qué recordaba y qué no.
-En efecto
-Me pareció muy raro, pero no le supe dar mayor importancia.
-Y cuando se aseguró de que no recordabas esa especie de pacto, ni la ruptura del mismo, ni siquiera que ya no seguíais juntos –la rabia me obligó a interrumpirle
-Fingió que no pasaba nada y que éramos felices como un par de puñeteras perdices, no es así?
-Cierto. Intenté acercarme a ti muchas veces, pero era prácticamente imposible, nunca te dejaba sola… y estabas tan mal, que prefería no montar un escándalo delante de ti.
-Y Sani?
-A ella le dejó seguir accediendo a ti, pero con condiciones por supuesto. Para cuando ella quiso decirte algo yo le pedí que no se arriesgara. Al fin y al cabo, si seguías con él como si nada y no eras capaz de recordar nada sobre mi… tal vez fue algo temporal.
-Ya ves que no, sigo sin recordar nada
-Me refiero a lo nuestro, lo nuestro debió ser temporal para ti
-Que nuestro?
-Marta, por dios… -dijo casi a los pies del derrumbe- llevábamos casi un año juntos. Y habías ido a hablar con el para acabar con toda esa tontería porque....

miércoles, 2 de junio de 2010
PARTE26
-Que rápido has llegado, acababa de dejar la nota sobre tu mesa – dijo al verme entrar mientras se preparaba una taza de té- quieres?
-No gracias, vengo de estar con tu hermana
-Bueno, supongo que eso no me extraña –miraba fijamente la taza, el azúcar, la cucharilla, sin ser capaz de alzar la cabeza y mirarme a los ojos- solo quería hablar tranquilamente contigo para disculparme.
-Disculparte?
-Si, creo que he sido bastante desconsiderado contigo y con tu vida actual. Sani me comentó que habías comenzado un tratamiento nuevo, no… no sabía que la pérdida de memoria fuese tan grave como recurrir a ayuda profesional
-No lo hago de mucho agrado, pero supongo que es la única solución si quiero saber que fue de mi vida.
-¿A qué te refieres exactamente con “si quiero saber que fue de mi vida”?
-exactamente a eso, no recuerdo nada desde el ascenso de Tomás hasta despertarme en el sofá –sonrió incrédulo, como su la noticia le pillase desprevenido- vamos por favor… ¿ahora resulta que todas las cosas que me has hecho llegar en los últimos meses, las fotos, las contraseñas de mi propio ordenador… no tienen un motivo? ¿No sabias los efectos que tuvo el accidente?
-Si, algo que comentaron –contestó aún en el asombro- lo que no sabía era que justo esa dichosa amnesia fuese del ascenso hasta el mismo accidente. Me parece curioso, aun así no sabía nada.
-Pues, ¿Sabes a que pienso yo? Que si tanto te preocupaba que llegasen a mi todas esas cosas también podrías haberte preocupado por saber que me pasaba exactamente, ha pasado casi año y medio desde el accidente, ¿y no sabias nada, no preguntaste nada?- justo en aquel instante sonó su teléfono.
-Me hago una idea, ya tienes el informe semanal?
-Sí, continúe
-Verás acaba de tomarse uno de mis suculentos cafés y me ha comentado su situación actual con el pedante de Tomás. Han retrasado la boda, y “anulado” su relación hasta que ella no termine el tratamiento. Solo es momentáneamente, pero estoy segura de que si consigue recordarlo todo, volverá a ser como antes
-Tengo que dejarte estoy reunido
-Disculpa –dijo sin disimular su asombro.
-¿Sabes? Tomás se ha ido de casa, estoy demasiado nerviosa… es, como si no lo quisiera ni conmigo ni sin mi. Después estás tú, con tus misterios y rarezas, Sani... con sus consejos ambiguos, mi ordenador con sus textos bajo clave que hablan de dos vidas dispares… y tu teléfono con el sonido del auricular a toda pastilla, tu hermana, que supuestamente es mi mejor amiga, pasándote el informe y tú disimulando. No sé qué pensar. Supongo que la doctora agradecería tener algo de lo que partir, cree que mi memoria se paralizó más de un año antes del accidente porque fue entonces cuando todo lo que derivó en un choche de coche comenzó. Tu puedes responderme eso, me equivoco?
lunes, 31 de mayo de 2010
PARTE25
Cuando llegó no hubo beso, ni ola, ni caricia de: -¿Cómo estas mi amor?- fuimos a cenar y, aquel maravilloso sitio que tanto me gustaba se impregnó de un recuerdo horrible. No quería continuar más con todo aquello. Fui al baño. Regresé. Sonreí. Callé. Mire aquella deliciosa hamburguesa, y pensé: -está riquísima joder-. Al levantar la cabeza todo seguía en su sitio, no era un sueño, no era violento, sencillamente era una putada muy grande. Era como desear que no pase nada más, que deseas… y deseas, y por más que lo intentes, por más que te arrepientas… no puedes cambiarlo.
Cambiaria la anterior conversación, y mi insinuada despedida como fracasado intento de una reacción positiva, cambiaría mis enfados, cambiaría todas las veces que mi estado anímico no me había permitido hacerle reír… pero también deseaba cambiar todas las veces que me hizo llorar. Perdía, en aquel instante… la seguridad de unos brazos que me rodeaban constantemente, la tranquilidad de sentir que todo el que intentara acercarse a mí se la vería con él primero; y me di cuenta que eran esos brazos los que podían ahogarme. Por otra parte, y sin demasiadas ganas, sabía que él abrazaba fuertemente, protegiéndome de todo cuanto se acercara, de todo cuanto quisiera hacerme mal… pero yo también, al parecer, le hacía daño a él.
Del ruego a la pregunta, y del llanto al canturrear una canción. Cuatro paredes inmensas que parecían besar el cielo. Y el recuerdo del último instante en el que le vi, mirándome fijamente al despertarme… susurrando, como si de una poesía de significado distinto se tratara: -No sabes cuánto me gustaría amarte, soy tonto-. Y la desesperación se convertía el eco que dejó su coche marchándose de casa. No podía imaginar un adiós más despreciable que aquel, mis sentimientos, fueran cuales fuesen, no se lo merecían. Teléfono, internet. Segundos lentos, agudos, concretos. Mareos de la cocina a la cama, de la cama al aseo, del aseo al ¿por qué?
Ahogos, escusas, recuerdos. Una caja enorme, como nunca la había tenido, llena de fotos, cartas, días, paseos… de todas las entradas de cine, de cientos de momentos. Y no encontré nada reciente. No encontré nada que me pidiera que me arrastrara por el suelo. Pero le llamé. Preguntaba. Decía NO. Preguntaba. Preguntaba. Decía NO. Preguntaba. Preguntaba. Decía NO. Preguntaba. Preguntaba. Decía NO. Preguntaba. Y colgó.
Dudas, miedos, rencores? Alguno que otro, como todo el mundo en la misma situación. Café?? Era lo que menos me convenía. Tabaco?? Lo que menos me apetecía, e incluso mi cajetilla la metí en esa caja.
Aún sábado…
Era la primera vez en mucho tiempo que deseaba con inconcebible tesón que llegara el lunes, trabajo, distracción.
-Es absurdo seguir con esto- se repetía en mi cabeza como el pitido de un despertador las mañanas de domingo.
-No estoy enamorado de ti-
-Prefiero seguir solo-
Y mí vestido reluciente en el armario. Con sus zapatos. Con mis planes. Con los brazos, como a 1000 km.

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